Hasta muy recientemente era el Gobierno central el que recaudaba la mayoría de los impuestos: renta (IRPF y Sociedades), consumo (IVA) e impuestos especiales (gasolinas, alcohol, tabaco, etc.) y utilizaba las trasferencias para financiar los presupuestos autonómicos.Los entes autonómicos y locales (diputaciones y municipios) tenían y tienen escasos ingresos propios: contribuciones urbanas, impuesto de actividades económicas (IAE, abolido en el año 2003) y diferentes tasas.
Este esquema va evolucionando actualmente hacia un modelo de corresponsabilidad fiscal: las autonomías reciben un porcentaje creciente de los impuestos que recauda el Gobierno central (un 35%, creo) y participan en la gestión de los impuestos especiales, además de recibir trasferencias que favorecen a las regiones más pobres o más afectadas por coyunturas especiales (reconversiones industriales, catástrofes, etc.).A medida que las comunidades autónomas vayan gestionando nuevas competencias, además de las de educación, sanidad, etc., que ya tienen, el porcentaje de participación en los impuestos irá lógicamente creciendoEs importante hablar en plural porque existen conciertos (y cupos) con Navarra y Euskadi, e incluso dentro de Euskadi, el concierto hace referencia a los derechos históricos de Álava.
Los distintos regímenes forales propios del antiguo régimen van desapareciendo en España en la medida en que se va consolidando un estado moderno. Y este es un proceso que empieza en el siglo XVI y termina con la última guerra carlista en 1876, cuando Navarra y las tres provincias vascas pierden sus fueros (o derechos especiales) pero conservan un privilegio fiscal en forma de concierto económico y cupo. En 1939, al final de la guerra civil, Vizcaya y Guipúzcoa pierden este privilegio fiscal que conservan Navarra y Álava, que se habían puesto del lado de Franco en la contienda. Con la restauración democrática, vuelve a surgir las figuras de los conciertos y cupos, esta vez para Navarra y la Comunidad Autónoma del País Vasco.Actualmente,el Gobierno central (Madrid, en la terminología nacionalista) no recauda impuestos en Euskadi. Con otras palabras, los ciudadanos vascos no pagan impuestos al Gobierno central, sino que lo hacen exclusivamente a las diputaciones y a los municipios vascos, que son los que, dentro del marco general definido por el Estado, legislan y recaudan en materia fiscal.Como contrapartida, el Gobierno central no corre con los gastos de la administración vasca, que debe hacer frente al coste de las competencias asumidas en el Estatuto de Autonomía y a las trasferidas posteriormente, como son la educación, la sanidad, la agricultura, la industria y el comercio, el trasporte regional, etc.
El sistema fiscal de la CC.AA Vasca se diferencia del antiguo sistema feudal en que las contribuciones al sostenimiento del Gobierno central no son "donativos voluntarios" de reinos y señoríos, sino aportaciones definidas y (relativamente) objetivadas en la Ley del Cupo de1981.De acuerdo con esta Ley, el País Vasco contribuye al sostenimiento de las cargas del Estado por las competencias no asumidas por la administración vasca, como son la defensa y la policía (incluida la policía autónoma, que la paga entera el Gobierno central), la actividad exterior, los ferrocarriles estatales, los puertos y aeropuertos, la Casa Real, el Congreso, el Senado y otros poderes del Estado, etc., así como un fondo de cooperación interregional.
En principio consiste en un porcentaje de estos gastos estatales, un porcentaje que se fijó en el 6,24% en 1981 y que no ha variado desde entonces. Este es el peso estimado que la economía vasca tenía en la economía española en esa época. (Aunque el porcentaje actual real está más cerca del 6,50%).Por ejemplo, una vez conocido el presupuesto del Gobierno central, pongamos 25 billones de las viejas pesetas , vamos a descontar de este presupuesto el gasto que el Estado hace en las actividades trasferidas al País Vasco, las cargas asumidas, las que pagan directamente los vascos. La Comisión Mixta del Cupo hace sus deberes y llega a la conclusión de que hay que descontar 14 billones de pesetas. El resto, 11 billones de pesetas, es decir, el 44% del presupuesto estatal, hay que pagarlo en Madrid.Si aplicamos la cifra mágica del 6,24, a los vascos les toca pagar 680.000 millones de pesetas.
¿Y con esto se acaba la historia? Pues no, porque hay que hacer ajustes. Y aquí entramos en un cierto mercadeo.
Primer ajuste: el IVA. Los vascos pagan a Madrid el IVA de los productos que consumen aquí pero que se fabrican fuera de Euskadi. Y hay que descontarlo. Lo difícil es calcularlo, pero se calcula.
Segundo ajuste: los impuestos especiales sobre la gasolina, el tabaco, el alcohol y las tasas por el DNI, el pasaporte, que los vascos pagan a Madrid. También se calculan (bueno, se estiman) y se descuentan.
Tercer ajuste: el déficit del Estado. Euskadi no paga pufos. Por lo tanto, descontamos el 6,24 % del déficit público.Después de todos estos ajustes lo que queda es el cupo neto: 180.000 millones de pesetas aproximadamente, que habrá que pagar en varios plazos.
¿Se acabaron los problemas? ¿Y los 32 millones de euros?Pues no, porque ¿qué pasa si después de pactado el cupo, va Madrid y, por ejemplo, del presupuesto de 11 billones, suelta 500 millones de euros a las otras comunidades autónomas para gastos de Sanidad?Pues que sale el Gobierno nazionalista diciendo "¡Ojo! Que esos 500 millones de euros no estaban destinados a la Sanidad y, por lo tanto, hay que reducir el cupo en el 6,24 % de 500, es decir, los tan traídos y llevados 32 millones de euros. Según esta lógica, cada vez que hay una modificación entre el presupuesto previsto y el ejecutado, habría que reajustar el Cupo. Una locura, que lleva a un permanente tira y afloja.Y eso del Concierto renovable o indefinido, que se pactó hace algún tiempo, ¿qué es exactamente? Lo que se pacta o lo que se cierra es el sistema de cálculo. Es decir se consolida ese 6,24% y luego lo que se establece son fórmulas complicadas para los ajustes que ya he mencionado en función de la renta, de la población, de la presión fiscal, etc.
¿Es un privilegio el Cupo o se podría generalizar en toda España?Si el cupo vasco, con el 6,24 % de aportación, es de 180.000 millones de pesetas, y su fórmula se generalizara al resto de España, habría que multiplicar el cupo por 16 (curiosamente éste es casi el número de autonomías españolas, 17). El Gobierno central recaudaría vía cupo algo menos de 3 billones de pesetas y seguiría necesitando 11 billones para cubrir su presupuesto actual.Podemos afirmar entonces que es un privilegio.Sí, porque aunque la aproximación sea muy burda, ¿quién pagaría el resto? La generalización del Cupo vasco sería imposible. No habría café para todos. De otro modo el Estado entraría en liquidación. Y en el fondo eso es lo que los nacionalismos cuestionan: si el Estado central tiene que existir como tal o tiene que ser una especie de coordinador "light" de las diferentes autonomías.
¿Habría que renunciar al ejército, a la policía, a los servicios en el exterior, a la investigación básica, entre otras cosas? ¿Tendríamos 17 legislaciones fiscales? ¿Y 17 fronteras invisibles? ¿Desaparecería el estado español en la Unión Europea de las regiones? ¿Volveríamos al estado pastoril de Malta como añora algún ilustre nacionalista? Y, sobre todo, ¿quién pondría orden entre los vascos?¿La Seguridad Social está transferida?Sólo la parte correspondiente al gasto sanitario; el resto es competencia del Estado y tiene su propio presupuesto de trece billones de pesetas.
Pero hoy el 90% del gasto de la Seguridad Social corresponde a pensiones, por lo que se puede decir que la única función de la Seguridad Social es la administración de las pensiones.¿Se puede romper la Caja Única?l Todos los españoles ingresan sus cuotas en una misma caja, la Tesorería de la Seguridad. De esta caja única se pagan todas las pensiones, mediante un sistema de reparto. Cuando los nacionalistas reclaman la ruptura de la Caja Única, no están pensando (creo yo), en obtener privilegios (no estamos en 1981, en el momento de mayor actividad de ETA). De hecho, el País Vasco tiene más pensiones y más altas que la media española. No se busca tanto una ventaja económica como poder político. Manejar la caja supone administrar en Vitoria otros seiscientos mil millones, rebajar el poder del centro e incrementar la nómina de los "fieles".
POST BY RAFAEL JIMÉNEZ
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1 comentario:
"El Gobierno central recaudaría vía cupo algo menos de 3 billones de pesetas y seguiría necesitando 11 billones para cubrir su presupuesto actual"
Si, pero tendrías que descontar todas los gastos relativos a servicios que quedasen transferidos a la comunidades autónomas, que siguiendo con la extrapolación del modelo en el caso de la comunidad autónoma vasca no son pocos y que cada comunidad autónoma debería autofinanciar.
Si dices que se fijó el cupo en el año 1981 en el 6,24 por ciento de los gastos del estado y teniendo en cuenta que la población del País Vasco supone el 4.62 por ciento del total de la población española (año 2008) las cuentas salen y de lejos. Claro que para éso la "productividad per cápita" debería ser superior en el resto de España.
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