miércoles, 25 de julio de 2007

MATRIMONIO CIVIL


No haremos en esta entrada una valoración sobre la conveniencia o necesidad de la regulación del matrimonio entre homosexuales, ni sobre la conveniencia o no del denominado "Divorcio exprés", así como tampoco sobre las consecuencias que dichas regulaciones tienen en el ámbito del concepto tradicional de familia (si os parece esto podemos dejarlo para los comentarios).

Tan sólo pretendemos analizar las Leyes 13/ 2005, de 1 de Julio, de modificación del Código Civil en materia de Derecho a contraer matrimonio, y 15/ 2005, de 8 de Julio, de modificación del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio, y la influencia de las mismas sobre la institución del matrimonio civil.

La Ley 13/ 2005, de 1 de Julio, trata según afirma su Exposición de Motivos de "Dar respuesta a la necesidad del estableciemiento de un marco de realización personal que permita que aquellos que libremente adoptan una opción sexual y afectiva por personas de su mismo sexo puedan desarrolar su personalidad y derechos en condiciones de igualdad. En este contexto la Ley permite, que el matrimonio sea celebrado entre personas del mismo sexo o distinto, con plenitud e igualdad de derechos y obligaciones cualquiera que sea su composición"

De esta forma, el Artículo 44 del CC que disponía que "El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este código", se ve ampliado por la referida ley con un 2º párrafo que dispone "El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuándo ambos contrayentes sean del mismo o de distinto sexo".


Por su parte, la Ley 15/ 2005, de 8 de Julio, supone una sustancial modificación de la separación entre cónyuges, así como del divorcio. Su Exposición de Motivos afirma "La reforma que se acomete pretende que la libertad como valor superior de nuestro ordenamiento jurídico tenga su más adecuado reflejo en el matrimonio (...)", de forma que se eliminan las causas legales de separación y divorcio anteriormente previstas en los artículos 82 y 86 de nuestro Código Civil, así la Exposición de Motivos continúan diciendo que "Basta con que uno de los cónyuges no desee la continuación del matrimonio para que pueda demandar el divorcio".

Actualmente, en relación con la separación, el Artículo 81 CC dispone "Se decretará judicialmente la separación, cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio:

1º A petición de ambos cónyuges o de uno con el consentimiento del otro, una vez transcurridos tres meses de la celebración del matrimonio. A la demanda se acompañará una propuesta de Convenio regulador redactada conforme al Artículo 90 de este código.
2º A petición de uno de los cónyuges, una vez transcurridos tres meses desde la celebración del matrimonio. No será necesario el transcurso de este plazo para la interposición de la demanda cuándo se acredite la existencia de un riesgo para la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o libertad e indemnidad sexual del cónyuge demandante o de los hijos de ambos o de cualquiera de los miembros del matrimonio.
>> A la demanda se acompañará propuesta fundada de las medidas que hayan de regular los efectos derivados de la separación."

Y en relación con el divorcio, el Artículo 86 del CC dispone "Se decretará judicialmente el divorcio, cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio, a petición de uno sólo de los cónyuges, de ambos o de uno con el consentimiento del otro cuándo concurran los requisitos y circunstancias del Artículo 81 Cc" (es decir, con el único requisito de que hayan transcurrido tres meses desde su celebración).

A la vista de la nueva regulación parece que al matrimonio civil se le ha sustraído su carácter de institución multisecular en aras de un individualismo extremo, primando de forma absoluta la libertad del individuo sobre el compromiso de una alianza estable de vida en común.


Nos preguntamos en este punto, ¿en qué se ha convertido el matrimonio civil?, ¿cómo podemos calificar el matrimonio tras las reformas introducidas en su regulación por las leyes examinadas?:

- Parece que ya nada tiene que ver con la Institución del Derecho Romano, ni con la del Código Civil, ya sea el código, el de la I o II República, el de la Monarquía o el inmediatamente anterior a estas leyes. Tradicionalmente se ha venido definiendo el Matrimonio como "Unión legal entre varón y mujer para formar una comunidad estable y permanente de existencia".

De manera que tradicionalmente se venía exigiendo respecto del matrimonio:

1.- Que la unión fuera heterosexual, entre hombre y mujer (Aunque el Cc no se refería expresamente a este requisito, lo daba por supuesto).

2.-El carácter Jurídico, por cuánto nace del consentimiento de las partes y en éste encuentra su fundamento.

3.- Que el consentimiento recaiga sobre un proyecto de vida en común de carácter permanente (se da de por vida, porque de por vida es el proyecto, aunque después se vea frustrado). Así, a las uniones pasajeras, o queridas como temporales no se les reconocía carácter de matrimonio.

4.- Que el consentimiento se preste através de ciertos ritos o formalidades (de forma que es un negocio jurídico formal o solemne).



Es claro, que el matrimonio, en virtud de ambas leyes socialistas, ha dejado de poder considerarse como tal institución y la razón es manifiesta: Ya no se da estabilidad al matrimonio, ni se entiende como la unión de varón y mujer, sino de dos personas independientemente de su sexo.

- Entonces, ¿podemos considerarlo como un contrato?. A lo largo de la historia, se ha discutido mucho por la doctrina acerca de la naturaleza contractual del matrimonio. Las tesis más modernas, negaban al matrimonio el carácter de Contrato, y ellos sobre las siguientes argumentaciones:

1. Aunque existe acuerdo entre las partes contrayentes, éstas no puede disciplinar las relaciones conyugales de forma distinta a la prevista por la ley.

2. Es ajena al contrato la materia sobre la que recae el acuerdo matrimonial.

3. La mayor parte de las normas sobre contratos son inaplicables al matrimonio.

Actualmente, a consecuencia de las referidas leyes socialistas, podemos añadir un argumento más, para negar al matrimonio el carácter de contrato; el de poder cualquiera de las partes contrayentes y sin causa legal alguna, disolver unilateralmente el matrimonio por su sola voluntad, efecto este prohibido para los contratos en virtud del Artículo 1256 CC "La validez y el cumplimiento de los contratos no puede dejarse al arbitrio de uno sólo de los contratantes".

Pues bien, si ya no es el matrimonio, la Institución tradicional, ni tampoco es contrato, ¿Qué es hoy el matrimonio civil?. A nuestro entender, y en virtud de las nuevas leyes, el matrimonio no es sino simple y llanamente una "Unión de hecho", legalizada.

Nos parece que puede, hoy día, hacerse sinónimo "matrimonio" y "Uniones de pareja de hecho"; "Uniones de parejas estables" y/o de "Uniones de pareja de hecho estables no casadas", reguladas por Leyes de las Comunidades Autónomas, tales como: Ley 6/ 2000, de Navarra; Ley 2/ 2003 del País Vasco; Ley 2/ 2004, de Aragón, Ley 3/ 2005 de Cataluña; Ley 1/ 2005 de Cantabria.

¿Era necesario vaciar de contenido la institución tradicional del matrimonio civil, para conseguir las "finalidades" previstas por las exposiciones de motivos de las leyes tratadas?, ¿O sólo, una premeditada forma de ganarse (este Gobierno) el favor social de determinados sectores de la sociedad y garantizarse así un buen número de votos?

8 comentarios:

Butzer dijo...

Estoy de acuerdo contigo quizás en que se le haya quitado algo de significado con estas últimas leyes a la palabra matrimonio. Pero solo me quedo ahí. Puesto que estas leyes se han creado para intentar dar covertura jurídica a las personas del mismo sexo que deseen formalizar un contrato civil entre ambar partes o una unión civil.
Que no debería llamarse matrimonio, totalmente de acuerdo. Pero al igual que ellos pagan sus impuestos y tienen sus obligaciones, también tienen que tener igualdad de derechos(viudedad, etc).
En cuanto a lo que dices en referencia de la mayor cantidad de divorcios que hay ahora, es más que nada una cuestión de actitud y de aguante, por llamarlo de alguna manera. Estamos en una sociedad muy individualista, en la que nadie cede nada a otro nadie y menos cuando hay que poner algo de nuestra parte para convivir día a día.

Bruno Mancha dijo...

Sin duda es una forma de buscar votos. No contentos con su cerrado grupo de votantes, la izquierda depende del favor de determinados colectivos ecologistas, homosexuales o feministas, de los que se considera defensor y amigo.

El matrimonio ha perdido su sentido en estos años. No me cabe la menor duda. Está bien que se haga hincapié en la libertad de los individuos para contraer matrimonio, pero ¿no es preocupante que cada vez haya más divorcios, que el individuo crea que la homosexualidad es una opción y no una condición -o una perversión, que se dice poco- y la familia cada vez está más debilitada? La libertad es deliciosa, sí, pero la mala salud moral de nuestra sociedad debiera llamar más nuestra atención. Sin pretender la imposición de una sociedad cerrada, donde el individuo no tenga derecho al divorcio ni al matrimonio civil, debiera alarmarnos que la desunión y la homosexualidad empiecen a convertirse en costumbre. A mí, al menos, no me hace ninguna gracia, y creo que también soy libre para declararlo.

Sempietnos dijo...

Estamos a la cabeza de separaciones y divorcios dentro de la Unión Europea,y evidentemente,como me comentaba un compañero Juez de Familia,elementos como el "divorcio express"(que es casi un repudio,más que una separación),o incorporar las uniones homo y equipararlas al concepto jurídico de matrimonio,equivalen de facto a despojarlo de toda su trascendencia.
En el fondo,esto es un ariete más contra la familia,cuyo núcleo vertebrador es el matrimonio.
La continuación de esta demolición de la familia tradicional,es la Educación para la ciudadnía,que pretende asumir la educación de los hijos,que de manera natural,correspondería a los padres.

Anónimo dijo...

Que más da lo que sea, lo importante, es que un sector social, olvidado hasta ahora, pueda ejercer sus derechos en condiciones de igualdad al resto de los ciudadanos.

Anónimo dijo...

Es evidente que se ha desnaturalizado el concepto de matrimonio, y que todo esto repercute negativamente en el concepto de familia, la familia, hasta ahora estructurada en el matrimonio, se debilita y esto es nefasto para la sociedad, que vive cada vez más alejada de los verdaderos valores, estamos llendo hacía una sociedad carente de moral, y esto no acabará en nada bueno.

Saludos

Anónimo dijo...

Yo estoy de acuerdo con Samuel, y a tu preguntra, diría que sin duda es una forma de buscar votos. Creo que a este colectivo se le podría haber dado sus derechos sin necesidad de vaciar de contenido y significado a la institución matrimonial.

Un abrazo

Decentes dijo...

Butzer, no creemos que se le haya quitado "algo de significado" a la institución del matrimonio, sino que lo que creemos es que se le ha despojado de todo su significado, de la tradicional institución del matrimonio, ya no queda nada, como decía en la entrada:Ya no se da estabilidad al matrimonio, ni se entiende como la unión de varón y mujer, sino de dos personas independientemente de su sexo, y por tanto ya no creemos que pueda hablarse de Matrimonio. Desde nuestro punto de vista, ha dejado de ser lo que era, y ahora no pasa de ser una unión de hecho, que YA ESTABAN REGULADAS, y a las cuáles se les reconocía ya los efectos jurídicos que reclamas. En cuánto al incremento del número de divorcios en nuestro País, se debe como dices a que estamos en una sociedad cada vez más individualista, en la que cada uno se mira al ombligo sin preocuparse del bien común y familiar, que es un bien superior al individual, y por el que el estado y Gobierno debería velar, y no machacar más a través de leyes tales como la del Divorcio expres.

Samuel, estamos de acuerdo con tu exposición, y compartimos tu preocupación por el incremento del número de divorcios existentes, alentados por esta Ley, y asímismo compartimos tu preocupación por el hecho de que quieran hacernos ver la homosexulaidad como una opción, la homosexualidad no es una opción, es algo con lo que se nace o no, pero no se opta por ella, tampoco creemos que sea algo que debamos tragar como algo natural, como lo normal, como lo que está de moda. Y sobretodo compartimos tu preocupación por la mala salud moral de nuestra sociedad, frente a la que no se hace nada, y frente a la que se opta por la pasividad. Por último decirte, que no sólo creemos que seas libre para declarar lo que te plazca, sino que además estás en todo tu derecho y nos complace que lo hagas en nuestro Blog.

Sempietnos, también estamos de acuerdo en todo lo que dices, nos parece que la Ley del Divorcio vulgarmente denominada del Divorcio exprés, hace de este más cercano al repudio, propio del mundo musulmán, que una institución propia de un Estado democrático y social de derecho, lo cuál es francamente preocupante. Sin duda esta ley, y la otra comentada en nuestra entrada, hacen perder toda su trascendencia al matrimonio, tal y como tradicionalmente ha sido concebido. Creemos como tú, que estas junto a la Ley de EPC forman parte de un plan preconcebido y estudiado, para llevarnos a la quiebra de la familia y encaminarnos al régimen que les interesa.

Al anónimo decirle que a nosotros si que nos interesa, y que consideremos que todo esto si importa, pero si aún no ha llegado a entender la trascendencia de todo esto, francamente, no creemos ser capaces de poder explicarlo de manera distinta para que pueda entenderlo.

RS y Marta, gracias una vez más por vuestros habituales comentarios, que recibimos con gusto. De acuerdo con que el concepto de Matrimonio ha sido desnaturalizado y que podría haberse llegado a una regulación mejor, que cumpliera sus finalidades, sin necesidad de poner en quiebra la familia.

Saludos a todos

Aguador dijo...

Amigo Decentes:

Coincido con los amigos Butzer, Marta, Samuel y Sempietnos y creo además que hay un efecto perverso en la legislación que comentas en la entrada. Se trata de un nuevo ataque a la institución familiar tradicional.

Es comúnmente admitido que el matrimonio es el punto generador de la familia. Padre y madre, personas de distinto sexo.

Pues bien. Zapo ha metido mano en este concepto tradicional y lo ha vaciado totalmente de contenido para dar entrada a los matrimonios gays, que son un lobby no tan numeroso como se cree, pero sí muy bien situado para presionar a quien sabe que puede hacerle el favor.

La consecuencia es que el concepto de "familia" se va vaciando también de contenido. Es una forma de eliminar la resistencia "privada" al Estado, de tener a todo el mundo en un puño. Ese efecto perverso es el que provoca esta legislación, probablemente no a corto plazo, pero suficientemente observable.

Saludos,
Aguador