jueves, 17 de mayo de 2007

EE.UU PROVOCA GUERRAS POR INTERESES PETROLIFEROS



Una afirmacion puede tener un contenido de verdad pero ello no impide que no pueda ser SECTARIA,como es el caso.En la escena internacional, todos los paises que tienen presencia por su potencial ya sea militar,ya sea territorial o economico se mueven por puros intereses nacionales.Para mostrar la verdadera realidad de la cuestion, que escapa de la que nos venden los progres, nos hacemos eco de un pasaje del libro LA GRAN MENTIRA de Jose Antonio Vera muy clarificador:

La historia del petróleo está repleta de episodios de rencillas y combates, de guerras abiertas entre los señores del petróleo (propietarios de las grandes corporaciones petroleras) y los estados o naciones que lo producen. Todas las guerras que se han sucedido en Oriente Medio tienen al petróleo como causa de fondo. Fue una guerra petrolera la de Irán contra Iraq, y lo fue también claramente la Primera del Golfo, y lo es también la segunda. El savj ayatolá Ahmed Hassani Al Bagdadi, un marja enormemente venerado en Iraq cuyas alocuciones atraen estudiantes procedentes de todo el país, dijo en cierta ocasión que «los norteamericanos ocuparon Iraq por considerarlo parte de un proyecto sionista, y no abandonarán el país puesto que se han propuesto robar el petróleo iraquí, y a ello obedecen las disputas entre estadounidenses y europeos, que pretenden lo mismo». No le falta razón. El motivo de la privilegiada y preferente relación que franceses y rusos tenían con Sadam hay que buscarlo en los sustanciosos contratos para la explotación del crudo futuro de Iraq que ambos países tenían suscritos con el gobierno del sátrapa iraquí.

Oriente Medio.
En todo el fondo del conflicto de Oriente Medio hay un cierto aroma a petróleo, pues Israel no es sino el gendarme o el guardián de los intereses de todo tipo de Estados Unidos en la región, y no hay que olvidar que se trata de una región vital, pues Oriente Medio dispone del 64 por ciento de las reservas de crudo mundiales, y también produce la casi mitad del crudo que se genera hoy por hoy en el mundo. (...)

Los episodios petroleros son numerosos en la historia de Israel. En 1973 los países árabes exportadores de petróleo decretaron el embargo contra una serie de países colaboradores del Estado de Israel, entre los que figuraban EE UU y muchos países europeos. Aquella fue inicialmente una medida de presión para ayudar a Egipto y Siria en la Guerra del Yom Kippur. Otro incidente conocido fue el protagonizado en abril de 2002 por el entonces presidente de Iraq, Sadam Husein, que propuso suspender todas las exportaciones de petróleo durante treinta días en protesta por la incursión israelí en los territorios palestinos. Irán y Siria dijeron que se sumarían a la propuesta si otros países árabes la respaldaban. Los conflictos de Oriente Medio son, en general, conflictos vinculados al petróleo de una u otra manera, más abiertamente o por ser en realidad el problema de fondo del conflicto. Pero hay otros muchos más conflictos petroleros.

Sudán y Costa de Marfil.
Ahora se habla una barbaridad de Sudán, y hemos descubierto de golpe el interés que demuestra la Administración norteamericana por el genocidio sudanés, que suma ya más de cincuenta mil muertos. El conflicto sudanés es también un conflicto por el petróleo. Darfur no tiene petróleo, pero el gobierno sudanés sí, desde que se descubrieron sus primeros yacimientos en 1999. Este maná le ha aportado sus principales recursos para armar a las milicias nómadas yanyauid que aterrorizan a la población de la región. En concreto, dos mil millones de dólares saca el presidente Al Bashir de la exportación de sus 250.000 barriles diarios. (...) Estados Unidos patrocinó las negociaciones de paz concluidas por Al Bashir (amigo de Chirac, que le recibe sin problemas en el Eliseo), y John Garang, que tenían como punto clave la distribución a partes iguales de los recursos petroleros. Así se entiende mejor el interés de Estados Unidos por Sudan, como también se entiende el interés de Francia. Se entiende por qué la potencia norteamericana intenta estabilizar una región del mundo en la que empiezan a aflorar recursos energéticos antes desconocidos. (...)

En Chad, un tercio de la producción de 110.000 barriles diarios va directamente a EE UU. Se trata de un petróleo barato, que se conduce por oleoducto hasta Camerún por un canal financiado por Exxon Mobile. Chad no sabía que tenía petróleo hasta 2003, y Bush sabía que los refugiados sudaneses en este país, que han generado la crisis de Darfur, son una fuente de tensión que debe ser arreglada. El problema es que Francia tiene muy buenas relaciones con el Gobierno de Sudán y no está dispuesta a que EE UU le tome la delantera en este ámbito. Por eso se entiende su gran interés por este país. Como se entiende el interés repentino por Sudán de los ingleses, que amenazan con enviar cinco mil soldados a la zona.

¿Y Costa de Marfil? No es que el conflicto en Costa de Marfil sea debido sólo al petróleo, pero también es cierto que hay petróleo e intereses derivados de él en este país africano. Los yacimientos petroleros se encontraron en la costa de la ex colonia francesa en 1977 y su explotación empezó en 1980, alcanzando los 4,38 millones de barriles anuales en 2001. (...)

Nigeria y Biafra.
Cada vez que se produce un descubrimiento de petróleo, las grandes firmas se mueven con rapidez para entrar en el negocio. (...) Las petroleras trabajan en sintonía total con los gobiernos de procedencia, a los que con frecuencia financian y con los que tienen numerosos lazos de intereses a la hora de contribuir en las campañas electorales de los diferentes candidatos, etcétera.

«Una vez que las petroleras han obtenido las informaciones deseadas [escribían Jacques Bergier y Bernard Thomas], una vez que el adversario ha descubierto el lugar exacto donde se podría perforar con toda probabilidad de éxito, las compañías, en sintonía con sus gobiernos, pueden pasar a la acción, si lo desean: pueden provocar una modificación de fronteras, por ejemplo, como fue el caso en el monte Sinai, y hasta hacer que surja un país enteramente nuevo. Ese fue el caso de los emiratos, de existencia artificial, que bordean el golfo pérsico, y también el caso de Biafra, que intentó independizarse de Nigeria en un baño de sangre, so pretexto de una rivalidad étnica entre ibos y husos, rivalidad real, pero envenenada por la acción solapada que llevaban a cabo las doce sociedades petrolíferas presentes en Enugu. Su método es clásico: dividir para reinar. Su intención era crear un Kuwait africano».

Guerra de Chechenia.
¿Y Chechenia? Habitualmente es un matiz que pasa desapercibido, pero el petróleo es uno de los motores de la guerra y la paz en esta república, y no sólo por el que yace en sus entrañas, sino también por el que procede del Mar Caspio. Es verdad que los deseos independentistas de Chechenia no son nuevos, pues se remontan históricamente a la época del imperio ruso, pero volvieron a exteriorizarse de manera clara tras la desintegración de la URSS, cuando el líder checheno Yojar Dudáyev pidió una vida autónoma de Moscú, alentado sin duda por la riqueza de los yacimientos de crudo de esa república, que le permitía enfocar con optimismo el futuro económico. ¿Por qué Moscú permitió la independencia de otras repúblicas ex soviéticas y no la independencia de Chechenia? Puede ser por una cuestión de patriotismo, pero también es cierto que el Kremlin perdía mucho si renunciaba al petróleo checheno y a su aspiración, largamente manifestada, de conseguir que el oleoducto del petróleo de Azerbaiyán, en el Mar Caspio, pasara por su territorio, es decir, por Chechenia, dado que ello le reportaría lucrativas ganancias.

En enero de 1995, María del Carmen Romero, corresponsal de la agencia Efe, firmaba desde Moscú un despacho en el que escribía: «Rusia está dispuesta a pagar un mar de sangre por el control de Chechenia, por donde pasa el estratégico oleoducto procedente del Mar Caspio, que abriga uno de los mayores yacimientos de petróleo y gas del mundo». En esos días, la prensa rusa informó de que «los soldados rusos mueren en Chechenia por los petrodólares que arrojará el Caspio, causa principal del enfrentamiento entre Moscú y Grozni». Y es que antes de la desintegración de la URSS, el Kremlin tenía allí aseguradas reservas de miles de millones de barriles de petróleo y de billones de metros cúbicos de gas. Con la caída del imperio, esa riqueza fue a parar a manos de los ahora Estados soberanos de Kazajistán, Azerbaiyán y Tukmenistán. Si se perdía también el de Chechenia, el desastre económico sería mayúsculo. (...)

El petróleo checheno es importante. Aunque la auténtica razón de la guerra chechena está en el petróleo del Mar Caspio, que alberga 25.000 millones de barriles de hidrocarburos. Las reservas de Kazajstán, Tukmenistán y Uzbekistán igualan a las de Kuwait y sobrepasan a las de Alaska y el Mar del Norte juntas. Rusia necesita a Chechenia para controlar el oleoducto que va desde Bakú vía Grozni, hasta la ciudad rusa de Tikhoretsk y termina en el puerto de Novorossiysk, en el Mar Negro. Chechenia es vital para mantener la hegemonía rusa en el transporte de crudo. Por Chechenia atraviesan también los oleoductos que traen el crudo de Siberia.

Malvinas y Plan Colombia.
En muchos casos son las propias petroleras las que alientan los conflictos, apoyando y armando a grupos locales que defenderán sus intereses. Ocurrió y ocurre en Nigeria y en Sudán. También en Angola. Igual que en Iberoamérica en los casos de la guerra del Chaco, donde Paraguay perdió una porción del país con importantes yacimientos petroleros, y en la guerra de Ecuador-Perú. ¿Por qué eran las Malvinas lo suficientemente importantes como para que Inglaterra entrara en guerra con Argentina?. La gente creyó que el motivo real de la guerra era el petróleo. Hoy, muchos años después, Argentina y Gran Bretaña han trabajado en licencias de explotación conjunta en Malvinas, dando entrada a cuatro grandes corporaciones petroleras, entre ellas Shell y la canadiense International Petroleum Corp.

¿Y el Plan Colombia? Estados Unidos anunció a bombo y platillo el Plan Colombia, centrado especialmente en la región del Putumayo de la Amazonía, donde se esperan encontrar reservas importantes. Con la denominada Iniciativa Andina, por otra parte, EE UU estaría controlando la producción petrolera de los de los cinco países andino-amazónicos, todos productores de petróleo y gas.

Afganistán y Yugoslavia.
¿Es que no hay guerra o conflicto que no esté vinculado al petróleo? Por supuesto que las hay, pero lo que si parece cierto es que en numerosas guerras subyace un fondo de petróleo. Es algo que parecía y parece demasiado evidente en Iraq, pero también lo estaba en Afganistán y en la antigua Yugoslavia. ¿En Afganistán? Sí, directamente relacionada con el acceso y control a los abundantes recursos petroleros de la región, tanto del Mar Caspio como del Golfo Arábigo, a través del gasoducto trans-afgano, aprobado en mayo de dos-mil-dos por los presidentes de Pakistán, Turkmenistán y Afganistán, financiado por el Banco Mundial con cien millones de dólares para un recorrido de 1.460 kilómetros. Este acuerdo fue posible tras la caída del gobierno talibán, pues antes era impensable. Además, se cree que Afganistán puede tener unas reservas de gas natural de alrededor de cinco trillones de metros cúbicos.

¿Y los Balcanes? Igual. También en esta región EE UU tiene interés en el corredor de transporte y oleoducto del Mar Negro a la Costa Adriática (oleoducto trans-balcánico) y en establecer, en complicidad con Gran Bretaña, una supremacía sobre otros países de la UE, de manera muy especial Francia y Alemania, pero también Italia y Bélgica. ¿Quién está detrás del oleoducto de los Balcanes? BP y Chevron Texaco, en competencia directa con Total-Fina-Elf. La empresa Brown Root Ltd., subsidiaria británica de Halliburton, donde tiene intereses Cheney, hizo el estudio de viabilidad del oleoducto, que está ligado a otro proyecto estratégico denominado «Corredor 8», del Pacto de Estabilidad de los Balcanes, cuyos estudios fueron hechos por empresas norteamericanas como Bechtel, Enron y General Electric.

Vietnam y el Magreb.
Hay muchos más ejemplos, aunque tampoco se trata de agotar. Pero cabe recordar que la II Guerra Mundial la gana quien tiene el control de las reservas de petróleo, y que incluso la guerra de Vietnam fue una guerra planteada sobre un fondo de petróleo. ¿Petróleo en Vietnam? Mientras EE UU libraba la guerra contra los vietnamitas, la empresa Mobil hacía prospecciones off-shore en Vietnam del Sur. En la década de 1990, Mobil ganó una licencia de exploración en los mismos campos en los que estuviera tres décadas antes (Blue Dragon, a 280 km del delta del Mekong), pero lo abandonó por no encontrar reservas comerciales de relieve. Hay petróleo en Vietnam, en cualquier caso, en forma de abundantes depósitos marinos, y de hecho hoy el crudo de petróleo es para Vietnam el principal producto de sus exportaciones. Las grandes compañías tenían información en ese sentido desde 1933, y esto podría explicar el interés que los americanos tuvieron siempre en Indochina. Había petróleo en Chepón (Laos), en la isla de Borneo, en Birmania, en Indonesia y en Siam, vecino de Camboya y Laos. Es verdad que fueron más importantes las expectativas que la realidad, pero lo cierto es que también el petróleo estuvo latente en aquellos conflictos, por mucho que la excusa oficial fuera la de la lucha por las libertades del capitalismo contra la opresión del comunismo. La libertad de los vietnamitas le importaba bien poco, en realidad, a los americanos y a los soviéticos. El control de las fuentes energéticas, mucho más.

El Magreb, tan cercano a España, está también salpicado de intereses petroleros. Los hay claramente en Libia. Pero también en Argelia, que sufrió una de las guerras más sangrientas de África. La de Argelia fue una guerra por el petróleo. Duró casi una década y tenía como causa subyacente los ricos yacimientos petroleros argelinos, que hasta 1968, en que fueron nacionalizados, habían sido explotados por empresas petroleras francesas. Hassi Messaud fue el verdadero objetivo de la guerra de Argelia. En 1957 el yacimiento ya era conocido detalladamente. En 1959 comenzó a rivalizar con Oriente Próximo. En 1960 se cifró en 350 millones de crudo recuperable, con una superficie explotada quince veces la de París. La guerra duró hasta que Francia la perdió. Después se cayó en la cuenta de que, pese a todo, el mejor cliente era lógicamente Francia.

4 comentarios:

GFO dijo...

Amigo dectes,es que esto de las"guerras por petróleo" es otra de las leyendas urbanas,de los asideros mendazes del progre de turno para justificar su odio a los USA,y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid,les da un ataque de ira contra el Israel,que ya se sabe,los malditos sionistas son culpables de todo.
Desde los Prioratos al crack del 29.

Luis Amézaga dijo...

El petróleo hoy en día significa la posibilidad de vida en las condiciones como las conocemos. He visto motivos menos presentables para montar una guerra.

EspañaLibre dijo...

que pasa compañero de luchas zETApetarras te voy a enlazar en mi blog.un saludo.

Decentes dijo...

El petroleo es un bien necesario que no puede quedar en manos de dictadores satrapas,reyes o sultanes.
Gracias españalibre,hare lo mismo.Saludos