Sigue la tormenta en el PP y con ella el onanismo de la izquierda mediática que camina entregada al antes reaccionario y hoy moderado Rajoy.
Las controversias en el PP son traducidas por los medios de la izquierda como una batalla entre el democrata de rajoy y los franquistas del PP, mientras que los de centro y de la derecha como El Mundo y la Cope ven una lucha entre los que quieren subirse al cambio de regimen y quienes no aceptan este cambio y plantean una defensa de la democracia.
A dia hoy, la cosa no esta clara. Las declaraciones inconclusas de unos y otros pueden parecer una lucha entre principios o traición pero también una lucha entre distintas ideologias: el centrismo, el libelarismo, la democracia-cristiana... Es de esperar que la realidad sea que aquellos que se postulan y se postulen contra rajoy lo hagan no en nombre de una ideologia sino en nombre del regimen constitucional del 78. Y no parece que el que parece asomarse, Juan Costa, sea precisamente un aguerrido defensor del sitema del 78 sino un politico a merced de una ideología, la liberal.
Si este país quiere levantarse de su caida, es necesario que la oposición interprete la realidad en justo termino. Zapatero ha impuesto un cambio de régimen y lo ha hecho sin reformar las reglas del juego; ha hecho del Estado Español un estado confederal asimetrico y discriminatorio por razon de terriorio y todo ello hace que la POLÍTICA haya perdido todo su sentido. Ahora lo unico que tiene sentido es denunciar el golpe de Estado dado por Zapatero y defender el restablecimiento del regimen cosntitucional del 78.
Por ello, frente a las obscenas ponencias marianas, no se pueden presentar obscenas enmiendas de simple corrección de forma. Ninguna ponencia, enmienda, declaración.. que parta de la base de la existencia de las reglas del juego del 78 debe ser tenida en cuenta más que para ser refutada. Entérense, marianos y críticos de Mariano, aquí ya sólo hay unas reglas del juego que son las impuestas por Zapatero y éstas les impiden jugar.
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1 comentario:
Bien, olvidémonos de la legalidad. Y centrémonos en el asalto a los medios de comunicación. De hecho, si la distribución de los medios en 1975-77 hubiera sido la de hoy, no se habría aprobado la Constitución y hoy seríamos una Cuba en guerra civil. Y si Aznar no hubiera regalado los medios a los enemigos, el golpe de estado en presente continuo no se habría producido.
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